Mi identidad?

Quien soy?

Dayana Mayorca

4/21/20242 min read

silver framed eyeglasses on white printer paper
silver framed eyeglasses on white printer paper
man standing in the middle of field
man standing in the middle of field

Descubriendo Nuestra Identidad en Jesús: Una Reflexión sobre la Esencia del Hombre y la Mujer

En nuestro viaje por la vida, a menudo buscamos comprender quiénes somos y cuál es nuestro propósito. La Biblia, en su rica profundidad y diversidad, ofrece respuestas claras y consoladoras sobre nuestra identidad, especialmente en lo que se refiere a nuestra relación con Jesús. Explorar cómo hombres y mujeres son vistos a través de los ojos de Cristo puede ser profundamente liberador y transformador.

Desde el principio, el libro de Génesis nos revela una verdad fundamental sobre nuestra identidad: "Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó" (Génesis 1:27, RV). Esta declaración no solo establece nuestra procedencia divina, sino que también subraya que tanto hombres como mujeres reflejamos la imagen de Dios. Aquí no hay distinción en dignidad o valor; ambos sexos comparten esta hermosa realidad por igual. Tambien en Jesucristo, encontramos la restauración y la plenitud de nuestra identidad que fue distorsionada por el pecado. Pablo lo expresa maravillosamente: "ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús" (Gálatas 3:28, RV). En Cristo, las distinciones que a menudo utilizamos para valorar o devaluar a los demás son superadas. Esta unidad no borra nuestras diferencias individuales, pero sí coloca nuestra identidad común en Jesús por encima de todo.

Efesios 5:22-25 nos ofrece una perspectiva sobre el matrimonio que refleja la relación entre Cristo y la iglesia. Aunque estos versículos han sido objeto de numerosos debates, su esencia radica en el amor sacrificial y el respeto mutuo. "Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella" (Efesios 5:25, RV). Este pasaje desafía a cada persona a amar y respetar profundamente dentro de las relaciones, siguiendo el ejemplo de Jesús. La identidad en Jesús también nos conduce a un propósito más allá de nosotros mismos. En la parábola de los talentos (Mateo 25:14-30), Jesús enseña sobre la responsabilidad y la gestión de los dones que Dios nos ha dado. No importa nuestro género, cada uno de nosotros está llamado a contribuir al reino de Dios con nuestros dones únicos y nuestras capacidades.

Finalmente, en 2 Corintios 5:17, Pablo encapsula la transformación de nuestra identidad en Cristo: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí, todas son hechas nuevas" (RV). En Jesús, no solo somos redimidos, sino también renovados. Nuestra identidad no está definida por nuestros errores pasados o nuestras luchas, sino por nuestra nueva vida en él.

Como hombres y mujeres en Jesús, somos invitados a vivir conscientes de que somos imagen de Dios, unidos en Cristo, y llamados a vivir con propósito. Este entendimiento no solo fortalece nuestra autoestima sino que también enriquece nuestras relaciones con los demás. Al comprender y abrazar nuestra identidad en Cristo, podemos avanzar con confianza y gracia en cada aspecto de nuestras vidas.